20 de mayo de 2016, Mlini, Croacia
Carreteras peligrosas
Jakob & Ernest:
La previsión del tiempo para el 15 de mayo, nos indicaba un día parcialmente nublado, con posibilidad de lluvia.
Aquella mañana, desde Split, salimos dirección a Dubrovnik. En la lejanía se veía una gran nube negra que se acercaba a nosotros, pero no nos preocupó. Solo deseábamos que el viento se llevara la tempestad para otro sitio.
La carreta de la costa, situada arriba de la montaña, y el abundante tránsito y el viento fuerte, hacían que el trayecto fuera muy inseguro.
El viento - al que los croatas le llaman “bora”- tiene como característica, que en pocos segundos pasa de la ausencia completa de viento, a ráfagas muy fuerte. Nuestras bicicletas se desestabilizaban de manera muy brusca, cosa que dificultaba mucho el control de la conducción. La concentración a la que nos vimos obligados a causa de las ráfagas provocadas por los camiones que nos adelantaban, quedaron interrumpidas por el ruido de la lluvia sobre el mar. La naturaleza nos ofrecía un gran espectáculo: por un lado, era magistral e impresionante, pero por otro, era amenazador y causaba una sensación de miedo.
Una pared de lluvia, perfectamente definida, se desplazaba sobre el mar a alta velocidad. En menos de 30 segundos, la lluvia golpeaba fuerte, era como si nos cayeran encima, cubos de agua. El viento nos obligaba a quedarnos quietos en medio de la carretera. Y la tempestad nos obligó a bajar de la bicicleta y andar hasta un edificio abandonado situado al lado de un precipicio. Al llegar al punto más alto, el viento disminuyó y pudimos volver a pedalear y bajar por la carretera convertida en un rio. Quedamos mojados de arriba abajo.
Croacia – a pesar de estos hechos – es un país muy interesante y bonito. Durante el trayecto de norte a sur del país, constatamos la variedad de los paisajes. Al norte, las costas y las islas, son muy pobres en vegetación y prácticamente desiertas. La presencia de los turistas es muy reducida (aunque por estas fechas no es que abunden). Al sur, observamos un cambio brusco en los paisajes, porque las costas y las islas, estaban adornadas de mucha vegetación. En esta zona, el turismo era más abundante.
Al norte, atravesamos muchas poblaciones ausentes de presencia humana, casi parecían abandonadas, pero seguro que bien pronto cambiará, debido a las vacaciones de verano, fechas en las cuales recobraran vida, ya que durante el resto del año quedan totalmente vacías.
Desafortunadamente nos hemos tenido que despedir de la posibilidad de dormir gratis, como hemos ido haciendo durante las 5 semanas que llevamos de viaje.
La dificultad de la geografía costera y la ausencia de jardines planos en las casas, nos obligaba a pasar las noches en campings y meternos la mano en los bolsillos. En algunas ocasiones la gente del país nos invitaba a sus casas a pasar la noche. Nos trataron muy bien.
Estamos contentos de dejar atrás esta carretera de la costa, la cual ha sido mucho más dura en el aspecto psicológico que en el físico. Uno de los principales motivos, es por los conductores temerarios, que pasaban a toda velocidad por nuestro lado. Después teníamos que recuperarnos del susto.
Desde aquí, y también en nombre de todos los ciclistas, queremos pedir más respeto y consideración a los conductores de vehículos con motor. Si se vigila en la conducción, veremos menos flores que indiquen que en aquel punto alguien murió por la negligencia de otros.
Estamos impacientes por llegar a los países Balcánicos que nos ofrecerán nuevas aventuras y nuevos paisajes.
{Traducción del alemán al catalán: Ernest}
{Traducción del catalán: Carolina}
^ Invitado en Biograd ^^ Desayuno para los atletas ^^ Primošten ^^ Después de la tiempo severo ^^ Pared de la lluvia ^^ Valle de naranjos ^^ Dubrovnik ^^ Centro histórico Dubrovnik ^^ Dubrovnik ^
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